viernes, 22 de febrero de 2008

Can you buy happiness?

Ésta es una de esas cosas que amarías tener en tu casa, y la querés, pero sólo por quererla, esa es la cuestión. La querés y punto. Es la verdad, cruda pero verdad al fin... como esos pimenteros enormes que anhelás, que decís "Yo quiero uno!", y talvéz después ni bola le des. ¿Porqué? Porque sólo querías tenerlo, lo glorificaste sin razones. O esas heladeritas pequeñas, el famoso frigobar. Tener uno en la pieza, y llenarlo hasta no poder más de latitas, y simplemente no mover un pelo y refrescarte: ¡¡Qué saludable!! (inisisto y hago hincapié: ¡¡Qué saludable!!) Es que uno se pone terco con estas cosas, y necio, y se empecina... y no sabe bien porqué quiere éso que quiere e hincha tanto. Lo querés y ya. De caprichoso nomás.

(Foto cortesía: Flickr) Merecía un doblete.
Luego de ver Sweeny Todd, tengo para decir lo siguiente: "I steaaaaaal youuuu, Johaaaaana"

9 comentarios:

Lola dijo...

Te gustó Sweeney? A mi me encantó. Es hermoso querer correr, gritar, llorar de la risa. Y tenés mucha razón con el tema de querer algo y dejarlo abandonado apenas lo tenés. Saciedad de consumo, le dicen.
Un beso grande, te agrego a blogs amigos así paso más seguido.

Damian! dijo...

can i buy happiness? no i can't...
hola me llamo Damian! sinceramente sos de esas cosas q uno se alegra de ver, gente con cultura y joven con la que poder hablar! te felicito por este blog al que voy a concurrir mas seguido... coincido con lo de querer y dejar, es asi todos lo hacemos... naturaleza le dicen... bueno Flor Besos y que sigas así...
(concejo: saca la palabra de verificacion a los comentarios, es molesta, y pone los comentarios en una ventana emergente, queda mas copado) bueno nada mas! besos!

ces dijo...

Esto que escribiste me hizo acordar a un texto que lei una vez, de un caballo que habla del ser humano y en una parte dice asi:
"Los hombres no gobiernan en la vida con hechos, sino con palabras. No les preocupa tanto la posibilidad de hacer o dejar de hacer algo, como la de hablar de distintos objetos mediante palabras convencionales. Tales palabras, que consideran muy importantes, son, sobre todo: mío o mía; tuyo o tuya. Las aplican a toda clase de cosas y seres (...) Y aquel que puede aplicar el término mío a un número mayor de cosas se considera la persona más feliz."
Y si los humanos somos tan complicados...
Algun dia nos daremos cuenta que para ser felices solo necesitamos lo esencial?

saludos flor!

Anónimo dijo...

Guau, no pensé que teníamos la misma obsesión. Cuando me encuentro en alguna tienda, siempre doblo la manilla maliciosamente por si acaso cae una de esas pelotitas. La cargo muy fuerte hasta el punto en que un guardia me mire feo.
saludos angelito, te estaré visitando.

Damian! dijo...

hola florencia! gracias por escribir asi en mi espacio, sí todo lo que escribo sale de mi, no copio... agradezco el cumplido y te mando besos! (y no soy un "hombre" tengo apenas 18 años jeje pero gracias por eso tambien!)

Lola dijo...

Sí, vi Expiación y me gustó mucho también. Soy fanática enferma del cine, así que trato de ver todo lo que pueda. Me dicen Lola, más que nada porque así me llamo, jaja. Te mando otro beso.

Unknown dijo...

me encanto...!!! esto de los caprichos!! que al final resultan útiles jejej besitos

Lola dijo...

Sí, cambié el título. Hay tantas frases que me cuestan elegirlas. Últimamente la bipolaridad de mi ser está saliendo a la luz. Estar bien con todos, pero llegar a casa y querer llorar, gritar.
Un beso.

Mónica dijo...

yo adoro esas maquinas de bolitas de chicles de colores, la veo en la teteria casi todos los dias y a veces me imagino como un ladron de las pelis con las bolas de colores bajo el brazo, pero pensandolo bien, me gusta verlas ahi cuando vamos a ver a Enrique.
escuche la banda sonora en un paseo de camino al trabajo, que felicidad!!!
puedo agregarte a mi blog?
saludos